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Cáncer de colon y recto
El cáncer colorrectal es una enfermedad por la que se originan células malignas en la mucosa (capa más interna) del colon o el recto.
Este proceso se inicia con la aparición de un pólipo que se transforma en tumor. Éste puede crecer de manera local (invadiendo las capas del tubo digestivo y pudiendo alcanzar los órganos contenidos del abdomen), por diseminación linfática a los ganglios o por diseminación hematógena (a través de la sangre, preferentemente al hígado).
Si el tumor se detecta en fase temprana, es curable en más del 90% de los casos. Un 70% a 80% de los casos son esporádicos y entre el 20% y 30% son familiares.
- Alimentación poco saludable: dietas ricas en carnes rojas y procesadas, y pobres en fibra.
- Inactividad física.
- Tabaquismo: aumenta el riesgo de padecer pólipos.
- Alcohol: aumenta el crecimiento de las células de la mucosa del colon, dando lugar a la aparición de pólipos.
- Edad: el riesgo aumenta con los años. Mayores de 50 años, mayor riesgo.
- Antecedentes familiares o personales de cáncer de colon o pólipos adenomatosos.
- Enfermedades inflamatorias intestinales: haber sido diagnosticado de colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn (menos del 1% de todos los cánceres colorrectales).
- Predisposición genética: en un 5% de los tumores de colon se han identificado una serie de genes cuya alteración da lugar a unos síndromes que predisponen, en mayor o menor grado, a la aparición de cáncer colorrectal. Los más importantes son poliposis colónica familiar y cáncer colorrectal hereditario no polipósico.
- Deposiciones con sangre: uno de los síntomas más frecuentes.
- Sensación de evacuación intestinal incompleta (tenesmo): frecuente en tumores localizados en el tramo final del colon o en el recto.
- Cambio en el ritmo intestinal: diarrea o estreñimiento en personas con ritmo intestinal normal.
- Heces más estrechas: suele deberse a que el tumor está estrechando el intestino e impide el paso normal.
- Dolor abdominal: malestar inespecífico que mejora tras la expulsión de gases o evacuación de heces.
- Análisis de sangre y orina.
- Tacto rectal.
- Colonoscopia: se introduce un tubo largo y flexible (endoscopio) por el ano, el que en su extremo posee una luz y una cámara que permite observar la mucosa del colon y recto. Este procedimiento se realiza bajo sedación. Si el médico detecta una lesión sospechosa, extraerá una pequeña muestra (biopsia) para examinar al microscopio y determinar si hay presencia de células cancerosas.
- Estadio 0: Se encuentran células anormales en la mucosa (capa más interna) del colon o del recto. Se le denomina carcinoma in situ o intramucoso.
- Estadio I: El cáncer ha crecido de la mucosa hasta la submucosa o incluso hasta capa la muscular de la pared del colon. No se ha propagado a ganglios linfáticos adyacentes ni zonas distantes.
- Estadio II: El cáncer ha crecido hacia la capa más externa del colon o del recto y puede o no haberse propagado a tejidos u órganos adyacentes. No se ha diseminado a ganglios linfáticos adyacentes ni a zonas distantes.
- Estadio III: El cáncer se ha propagado a ganglios linfáticos adyacentes y puede o no haberse propagado a órganos cercanos.
- Estadio IV: El cáncer se ha diseminado a uno o más de un órgano distante -como hígado y pulmón-, a un ganglio linfático lejano o el revestimiento de la cavidad abdominal.
- Cirugía: Es el tratamiento más común para el cáncer de colon y puede realizarse de manera tradicional (abierta), laparoscópica o robótica, según las características del tumor y del paciente. Mediante una hemicolectomía se extrae la parte del colon que contiene el cáncer y una porción de tejido normal alrededor, además de los ganglios linfáticos adyacentes, para ser examinados al microscopio y determinar si están comprometidos. En los tumores de recto, la cirugía también es el tratamiento principal para extirpar el tumor.
- Quimioterapia: Puede administrarse después de la cirugía, para destruir células malignas que pudieran haber quedado y evitar así que el cáncer regrese (quimioterapia adyuvante); antes de la cirugía para ayudar a reducir el tamaño del tumor y facilitar la operación (quimioterapia neoadyuvante); o como tratamiento paliativo para casos avanzados en que haya metástasis en otros órganos.
- Radioterapia: Puede administrarse en tumores de recto para reducir el tumor antes de la cirugía, destruir células malignas o aliviar síntomas.
- Terapia dirigida: medicamentos diseñados para bloquear el crecimiento y propagación de células cancerosas, que se administran solos o en conjunto con quimioterapia, generalmente en casos avanzados de cáncer de colon. Para estos tumores pueden utilizarse anticuerpos monoclonales (anticuerpos que se unen a proteínas que favorecen el crecimiento de células cancerosas e impiden su acción) o inhibidores de la angiogénesis (evitan la formación de vasos sanguíneos nuevos que sirven al crecimiento de los tumores).
INCIDENCIA Y MORTALIDAD
Incidencia: En Chile se diagnostican al año más de 6.200 casos nuevos de esta enfermedad. (Fuente: International Agency for Research on Cancer, Globocan 2020).
Mortalidad: En Chile, alrededor de 3.200 personas fallecen cada año por causa de esta enfermedad. (Fuente: International Agency for Research on Cancer, Globocan 2020).