Cáncer de pulmón

El cáncer de pulmón consiste en la formación de células malignas en el tejido pulmonar o en el árbol bronquial. En sus primeras etapas no presenta síntomas, lo que hace difícil diagnosticarlo a tiempo.

Existen dos tipos de cáncer de pulmón: el cáncer de células no pequeñas (alrededor del 75% a 80% de los casos) y el de células pequeñas (20% a 25%).

  • Tabaquismo: cerca del 90% de los casos se debe al hábito de fumar. El riesgo aumenta a mayor tiempo de consumo y cuanto más se fume.
  • Exponerse al humo ambiental del tabaco (fumador pasivo).
  • Antecedentes personales o familiares directos (padre, madre o hermanos) de cáncer de pulmón.
  • Radiación previa en el pecho.
  • Exposición al radón y al asbesto.
  • Exposición al arsénico en el agua potable.

En sus primeras etapas, el cáncer de pulmón no presenta síntomas. Los síntomas en fases más avanzadas son:

  • Tos persistente: es el síntoma más común. Puede estar asociada a expectoración. En fumadores que ya la sufren, se exacerba este síntoma.
  • Sensación de falta de aire al realizar cualquier esfuerzo.
  • Sibilancia: sonido silbante al respirar.
  • Tos con sangre.
  • Fatiga.
  • Dolor o molestia en el pecho o espalda.
  • Pérdida importante e inexplicable de peso.

A veces se detecta el cáncer de pulmón de manera casual, antes de que presente síntomas, debido a exámenes de tórax indicados por otras causas.
Ante la sospecha de estar frente a la enfermedad, se pueden realizar las siguientes pruebas:

  • Examen físico realizado por el doctor y revisión de antecedentes médicos.
  • Citología de esputo: si hay tos con expectoración de mucosidad, ésta se analiza al microscopio para determinar si hay células cancerosas.
  • Radiografía de tórax: puede revelar una masa anormal en los pulmones.
  • TAC de tórax: la tomografía computarizada revela tumores más eficazmente que una radiografía y puede ayudar a encontrar ganglios linfáticos comprometidos y otras masas en órganos a los que se puede haber propagado el cáncer. El TAC de dosis bajas, con menos radiación y sin usar medio de contraste, es capaz de detectar lesiones pequeñas, muchas veces precursoras de un tumor maligno.
  • PET/CT (Tomografía por Emisión de Positrones): se inyecta una glucosa radiactiva en la sangre que permite identificar células tumorales. Al combinarse el PET con una tomografía computarizada (CT) se obtiene una imagen más detallada del área de mayor actividad radiactiva. Se puede usar para ver si el cáncer se ha extendido a los ganglios linfáticos u otros órganos del cuerpo.
  • Biopsia: se extrae una muestra de tejido pulmonar para examinar al microscopio si hay presencia de células cancerosas. Se puede realizar por medio de múltiples métodos; el médico debe determinar el más idóneo.
  • Estadio I: tumor pequeño (de hasta 3 cm) en el pulmón, que no se ha diseminado a los ganglios linfáticos, lo que hace posible extirparlo.
  • Estadio II: tumor de 3 a 5 cm, con o sin diseminación a los ganglios linfáticos.
  • Estadio III: tumor de 5 a 7 cm. Se puede haber diseminado a los ganglios linfáticos ubicados en el centro del tórax o a estructuras cercanas al pulmón.
  • Estadio IV: propagación a más de un área en el otro pulmón, al líquido que rodea el pulmón o el corazón, o a partes distantes, como cerebro, huesos, hígado y glándulas suprarrenales.
  • Cirugía: dependiendo del tipo de cáncer y su fase, se puede realizar la extracción del tumor y de una porción de tejido sano adicional alrededor, de todo el lóbulo del pulmón que contenga el cáncer o de todo un pulmón. También se extirpan los ganglios linfáticos adyacentes. Hoy se prefieren técnicas mínimamente invasivas, como videotoracoscopía o cirugía robótica.
  • Radioterapia: según el tipo de cáncer, puede utilizarse para eliminar posibles restos de cáncer tras una cirugía; para reducir el tamaño del tumor y así posibilitar la intervención quirúrgica; o como tratamiento principal en caso de que el cáncer no pueda extirparse debido a su localización. A veces se utiliza en conjunto con quimioterapia.
  • Quimioterapia: según el tipo de cáncer, puede utilizarse para eliminar posibles restos de cáncer tras una cirugía; para reducir el tamaño del tumor y así posibilitar la intervención quirúrgica; o en caso de que el cáncer no pueda extirparse debido a su localización. También se administra en casos de cáncer avanzado para aliviar dolor y síntomas. A veces se utiliza en conjunto con radioterapia.
  • Inmunoterapia: este tratamiento, que estimula al sistema inmunológico para luchar contra la enfermedad, se utiliza solo o con quimioterapia. Se reserva para algunos tumores de células no pequeñas.
  • Terapia dirigida: estos medicamentos diseñados para bloquear el crecimiento y propagación de células cancerosas pueden administrarse solos o complementarse con quimioterapia. Se reserva para algunos tumores de células no pequeñas.

INCIDENCIA Y MORTALIDAD EN CHILE

Incidencia: En Chile se diagnostican al año casi 4.000 casos nuevos de esta enfermedad. (Fuente: International Agency for Research on Cancer, Globocan 2020).

Mortalidad: En Chile, más de 3.500 personas fallecen por esta enfermedad. (Fuente: International Agency for Research on Cancer, Globocan 2020).

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