28 julio: Día mundial contra la hepatitis 2016

Las hepatitis virales representan una elevada carga de enfermedad y mortalidad a nivel mundial.  Se estima que el 57% de los casos de cirrosis hepática y el 78% de los casos de cáncer primario de hígado son debidos a infecciones por los virus de la hepatitis B o C.

Por ello terminar con la enfermedad al año 2030 es un desafío global.

La hepatitis es una inflamación del hígado causada generalmente por una infección vírica. Se conocen cinco tipos principales de virus de la hepatitis, designados como A, B, C, D y E. Estos son los que mayor preocupación generan debido a la gran morbilidad y mortalidad que conllevan y a su potencial para causar brotes y propagarse de forma epidémica.

En particular, los tipos B y C dan lugar a una afección crónica en cientos de millones de personas y son en conjunto la causa más común de cirrosis y cáncer hepáticos.

HEPATITIS B

Transmisión: La hepatitis B se transmite a través del contacto con la sangre y con otros fluidos corporales (p. ej., saliva, semen y fluidos vaginales) de una persona infectada. Se puede transmitir de madre a hijo en el parto.

Prevención: Hay una vacuna que puede prevenir la infección. Si no se ha vacunado, para reducir los riesgos de exposición lo mejor es emplear condones y evitar compartir jeringuillas o elementos como cepillos de dientes, cuchillas o tijeras de uñas con una persona infectada. También es una buena medida evitar hacerse tatuajes o piercings en estudios sin licencia.

Tratamiento: Las medicinas como el interferón alfa y el peginterferón y una variedad de medicamentos antivirales están actualmente disponibles, y ralentizan la replicación del virus, lo que en ocasiones logra su total eliminación. Los niños nacidos de madres con hepatitis B también deben vacunarse a las 12 horas de nacer, ya que esto puede prevenir una infección que muy probablemente degeneraría en hepatitis B crónica.

HEPATITIS C

Transmisión: La hepatitis C se transmite principalmente por el contacto directo entre sangres. En raros casos puede transmitirse a través de ciertas prácticas sexuales y durante el alumbramiento.

Prevención: No existe vacuna para la hepatitis C. Por este motivo, es necesario reducir el riesgo de exposición, evitando compartir jeringas y otros elementos tales como cepillos de dientes, cuchillas o tijeras de uñas con una persona infectada. También es una buena medida evitar hacerse tatuajes o piercings en estudios sin licencia.

Tratamiento:
El tratamiento de la hepatitis C crónica está enfocado a erradicar el virus. A menudo incluye una combinación de interferón pegilado y ribavirín, y hay un creciente uso de potentes medicinas directas antivirales, con y sin interferón. La gente con diferentes genotipos responde de forma distinta al tratamiento, algunos con más éxito que otros.

Vacunación

Para la hepatitis B, en Chile, existe una vacuna gratuita y está incluida en el Programa Nacional de Inmunizaciones, con dosis a los 2, 4, 6 y 18 meses.

En cuanto a la hepatitis C, no existe vacunación disponible. Y dado que es una enfermedad generalmente asintomática, su diagnóstico precoz es muy infrecuente. Se estima que unos 45 mil chilenos ignoran que son portadores del virus, el cual se propaga a través de las transfusiones sanguíneas, al compartir agujas de jeringas contaminadas, tener sexo sin protección y durante el parto.

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