Atención con los cigarros electrónicos

Si bien son menos tóxicos que el tabaco, se determinó que alteran el ADN y la capacidad que tiene nuestro cuerpo de repararlo, lo que genera riesgos para la salud.

Los cigarrillos electrónicos aparecieron durante la década pasada. Desde entonces, muchos fumadores han comenzado a utilizarlos confiando en que sean un camino para dejar el tabaco, pero también han generado dudas sobre sus efectos en la salud.
Felipe Rojas, por ejemplo, a sus cuarenta y tantos años decidió probar esta opción, y mientras lo intentaba intuía algunas cosas. “Yo notaba que no era inocuo, porque tenía nicotina líquida e igual la estaba consumiendo, aunque parecía que el cigarrillo era más sano”, dice. Al cabo de un año volvió a sus cigarros de siempre.
La ciencia está atenta a estos nuevos dispositivos. Mientras que sobre el tabaco ya están establecidos los perjuicios —por ejemplo, que en cuanto al cáncer de pulmón es responsable de cerca del 90% de los casos—, con los cigarrillos electrónicos muchas conclusiones están aún por venir. Cada tanto aparecen estudios al respecto y solo en lo que va de este año, de hecho, ya se han liberado tres informes. Uno de ellos, realizado por la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York y publicado por la prestigiosa revista de la Academia Estadounidense de Ciencias, se refiere específicamente a su posible vinculación con el cáncer. La conclusión es la siguiente: su vapor provoca daños en el ADN, lo que aumentaría el riesgo de desarrollar tumores de pulmón y vejiga.

Importancia de la genética

Un cigarrillo convencional, producido con tabaco, “libera en su humo alrededor de 4.000 sustancias químicas, de las cuales entre 40 y 70 son cancerígenas, como alquitrán, hidrocarburos aromáticos, fenoles, cresoles, etcétera”, explica el Dr. Jorge Salguero, jefe del equipo de Cirugía de Tórax del Instituto Oncológico FALP.
Un papel clave lo juega la nicotina, que es “un estimulante y depresor neuroendocrino que produce adicción y tiene efectos nocivos en el sistema cardiovascular”, continúa.
Precisamente este último es el principal componente de los cigarrillos electrónicos (aunque los hay sin ella también). La OMS los cataloga como “Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina” y describe que “liberan un aerosol mediante el calentamiento de una solución que los consumidores inhalan. Los principales ingredientes de la solución, además de la nicotina en los casos en que está presente, son el propilenglicol, con o sin glicerol y aromatizantes”.
El estudio de la Universidad de Nueva York buscó comprobar qué tan cierta era la afirmación de que no hay efectos cancerígenos derivados del uso de estos dispositivos, que proporcionan la nicotina sin fuego ni tabaco.
En el análisis, se tomaron dos grupos de ratones. Uno de ellos fue expuesto tres horas al día durante doce semanas —equivalente a lo que una persona fumaría en 10 años— a un vapor como el del cigarro electrónico (“e-juice” o jugo electrónico), con nicotina, extractos frutales, propilenglicol, y glicerina, entre otros compuestos. Los otros animales respiraron durante ese tiempo aire puro filtrado. La conclusión fue que en el grupo sometido al e-juice no solo había más daño al ADN, sino que también mayor disminución de las proteínas que reparan el ADN.
“Todos estamos expuestos constantemente a daños del ambiente, como el smog y la radiación solar, entre otros. Nuestro cuerpo tiene proteínas que reparan esos daños constantes. Los investigadores estudiaron los principales grupos de proteínas reparadoras del ADN y en todos encontraron que en los animales expuestos al vapor había una reducción de ellas”, explica la Dra. Eva Bustamante, jefa de Oncogenómica de FALP.
“Además está el efecto de por sí dañino de la nicotina: un 10% aproximadamente se metaboliza en nuestro cuerpo en nitrosaminas (compuesto cancerígeno) y se vio que ese poco porcentaje ya es capaz de producir daño en pulmón, vejiga y corazón”, agrega.
Para confirmar su teoría, los científicos expusieron también células humanas de esos tejidos a esos compuestos metabolizados de la nicotina y encontraron los mismos efectos.
¿Por qué es riesgoso que se vea afectada la capacidad de reparación del ADN? “El cigarro electrónico es más sano que un cigarro, porque hay muchos productos propios de la combustión que no están acá y el porcentaje de nitrosaminas que se libera de este aerosol es mucho menos que el que se genera en la combustión de tabaco. ¿Pero qué pasa con mi ADN? El cáncer no hereditario es una combinación de genética más ambiente. Si nuestra genética no es muy buena y las proteínas que reparan el daño del ADN no funcionan correctamente —lo cual no tenemos cómo saber en nuestro día a día—, y a eso le sumamos agentes tóxicos o tenemos otros factores de riesgo, hay mayor predisposición a desarrollar una enfermedad oncológica. Hay gente que pregunta cómo le dio cáncer si no fuma, y en cambio su vecina, que consume tres cajetillas al día, está lo más bien y con 90 años. Eso es porque las proteínas de reparación que tiene la vecina deben ser muy buenas y están trabajando todo el día, pero las suyas no funcionan correctamente”, aclara la Dra. Bustamante.
Este estudio se enfoca a los efectos del vapor que liberan los cigarros electrónicos; es decir, a lo que respira quien lo consume o está cerca. Sin embargo, “uno podría pensar que el que está aspirando tiene doble carga que el que está al lado”, comenta la especialista.
Su preocupación es que los jóvenes están prefiriendo estos productos y, si bien “contienen compuestos orgánicos, como propilenglicol y glicerina que son mucho menos tóxicos que los que están en la metabolización del humo del cigarro, siguen teniendo cierta toxicidad. Entonces todo va a depender del estado funcional del genoma de la persona que está fumando. Estos son los primeros estudios y falta ver los estudios en usuarios y evaluarlos a largo plazo”, finaliza.

¿Opción para dejar de fumar?

Uno de los aspectos en torno a los cigarrillos electrónicos que genera controversia es que se promociona como medio para dejar de fumar tabaco. Esta misma semana, de hecho, expertos británicos de salud pública respaldaron esa afirmación.
“Algunos estudios en Reino Unido sugieren la posibilidad de uso de estos cigarrillos electrónicos en pacientes que quieran dejar el hábito tabáquico, pero no son concluyentes”, afirma el Dr. Salguero.
El especialista de FALP coincide con lo declarado por la Organización Mundial de la Salud: “Las pruebas de la eficacia de los ‘Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina’ como método para dejar de fumar son limitadas”.

 

 

Jóvenes chilenos

Uno de los aspectos en torno a los cigarrillos electrónicos que genera controversia es que se promociona como medio para dejar de fumar tabaco. Esta misma semana, de hecho, expertos británicos de salud pública respaldaron esa afirmación.
“Algunos estudios en Reino Unido sugieren la posibilidad de uso de estos cigarrillos electrónicos en pacientes que quieran dejar el hábito tabáquico, pero no son concluyentes”, afirma el Dr. Salguero.

El especialista de FALP coincide con lo declarado por la Organización Mundial de la Salud: “Las pruebas de la eficacia de los ‘Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina’ como método para dejar de fumar son limitadas”.

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