Cecilia Díaz, paciente FALP – “Muchas mujeres de mi edad no le dan importancia al PAP”

Con 36 años, Cecilia Díaz recibió un diagnóstico de cáncer cervicouterino que la ha hecho darse cuenta de que falta conciencia en relación a que el VPH puede producir la enfermedad.

El 2018 comenzó intensamente para CeciliaDíaz. En enero se casó, en febrero partió de luna de miel y en abril llegó a un trabajo que había anhelado por años.

“Venía con muchas ganas”, cuenta Cecilia, de 37 años, sentada en su oficina.

Con todos estos asuntos en orden, decidió que ya estaban dadas las condiciones para tener hijos. “En marzo me hice un chequeo para ponerme en campaña y salió alterado el PAP. Debido a eso me mandaron a hacer una colposcopia y biopsia, y me encontraron cáncer al cuello uterino. Pasé de tener planes de maternidad a un cáncer. No me lo esperaba, porque yo soy súper ordenada con mis controles, me hago el PAP todos los años, y nunca había salido nada malo”.

Con el sorpresivo diagnóstico de cáncer en sus manos, Cecilia llegó a FALP debido a que estaba cubierta por el Convenio Oncológico Fondo Solidario: “Primero lo tenía contratado mi papá por la empresa y yo era su carga. Después de que él se jubiló, yo lo tomé en mi trabajo anterior. Y cuando renuncié, hice el trámite de conservarlo de manera particular. Eso ocurrió dos semanas antes de que me declararan el cáncer. Fue una suerte tenerlo para enfrentar mi tratamiento”.

El Dr. Sebastián Ramírez, jefe del equipo de Cirugía Oncológica Ginecológica de FALP, confirmó el diagnóstico. “Es extraño que no se encontrara la alteración celular antes, pero me explicó que mi tumor era difícil de detectar y que es importante hacerse el PAP todos los años porque si no detecta la alteración en un momento dado, puede hacerlo en otro”. Le pidieron estudios de imágenes, con los que se vio que el cáncer no se había ramificado y se descartó un tumor de tamaño importante, parecía ser algo milimétrico. “Gracias a eso, como el doctor sabía que yo quería tener hijos, planteó realizar una conización, que me permitía conservar esa opción”, recuerda.

Ahora, se encuentra en un periodo de controles y espera recibir el alta en octubre. En todo este tiempo, ella ha sentido que es importante hablar de su enfermedad para ayudar a generar conciencia: “cuando lo cuento, me llama la atención que muchas mujeres de mi edad no se hacen el PAP, no le dan tanta importancia porque no le temen al cáncer. Gracias a mi caso, varias cercanas han ido a hacerse el examen”.

Para Cecilia, la experiencia ha significado aprender que no todo se puede controlar. “Yo había planificado todo porque soy buena para eso, y postergué la maternidad para después de hacer un magíster y cambiarme de pega. Me di cuenta de que eso no sirve porque de repente tener hijos ya no dependía de mí, sino de que saliera bien una operación. Al final la vida se resuelve de a poco, no necesito tener una carta Gantt de todo”, dice con una sonrisa.

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