Cáncer colorrectal: chequeos a partir de los 45 años marcan la diferencia

El test de hemorragia oculta y la colonoscopia son fundamentales para diagnosticar a tiempo la enfermedad e incluso detectarla en etapas previas al cáncer, dando la posibilidad de interrumpir su desarrollo.

Un pólipo en el intestino grueso puede ser solo eso: un simple pólipo. Sin embargo, siempre merece atención, porque de insignificante e inofensivo podría pasar en unos años a ser una masa cancerosa. En ese estudio temprano radica la diferencia entre la salud y la enfermedad, y, en algunos casos, entre la vida y la muerte.

Hasta hace un tiempo, los testeos para pesquisar el cáncer colorrectal se recomendaban a partir de los 50 años de edad. Esto, porque efectivamente esta patología era más frecuente en ese grupo etario. Hoy, la edad sugerida bajó a los 45 años, porque la incidencia en el mundo ha subido en las poblaciones más jóvenes y porque se trata de un cáncer con un 90% de curación si se le detecta precozmente.

La Dra. Macarena Larraín, gastroenteróloga del Instituto Oncológico FALP, explica la importancia de la detección temprana de esta patología del intestino grueso: “Cuando está localizado tiene una tasa de 90% de sobrevida a los cinco años; cuando ya está con invasión regional, o sea, en los ganglios, su sobrevida a los cinco años es de un 71%, y la cifra se reduce mucho más cuando está diseminado con metástasis”.

Por primera vez en la historia del país, agrega la especialista, las cifras del Global Cancer Observatory (Globocan) de 2020 indicaron que el cáncer colorrectal sobrepasó en incidencia al cáncer gástrico, con números que nos acercan peligrosamente a los de países desarrollados. Por ejemplo, en 2012 se proyectaron 2.417 nuevos casos de cáncer de colon, recto y ano, mientras que en 2020 esa estimación aumentó a 6.219 casos.

EL TESTEO VITAL

El colorrectal es el cáncer del intestino grueso, que abarca desde la zona del ciego, al inicio del intestino, hasta el recto, que es la parte final. Pero sus tratamientos son diferentes en etapas avanzadas según sea su ubicación. “Por ejemplo —señala la Dra. Larraín—, el de recto es un cáncer que responde a la radioterapia y también a la quimioterapia previa a la cirugía”.

En este cáncer se produce una división anormal de células de la mucosa del colon y del recto, producida por mutaciones genéticas. La división desordenada de células provoca los pólipos, que pueden eventualmente transformarse en cáncer.

Las primeras medidas preventivas contemplan modificaciones en el estilo de vida: manejo de la obesidad, eliminación del tabaquismo y del alcohol, destierro del sedentarismo y cambios en la dieta. Desde la vereda clínica, la prevención se realiza con dos métodos: el examen de hemorragia oculta en deposiciones y la colonoscopia. El más habitual es el primero, comenta la gastroenteróloga.

“Este test se recomienda realizarlo a partir de los 45 años. Si se identifica la presencia de sangre en las deposiciones, es necesario conocer el origen de ese sangrado. Por ello, si el resultado es positivo se debe hacer una colonoscopia para ver qué le está pasando a esa persona”, explica.

De todos quienes tienen un resultado positivo en el test de hemorragia oculta en las deposiciones, aclara la especialista, solamente un 7% será un cáncer de colon. Hay otros porcentajes que probablemente salen positivos por un pólipo grande, por hemorroides, divertículos o angiodisplasia, es decir, problemas benignos.

La otra estrategia es la colonoscopia, un procedimiento que tiene más riesgos y es más costoso, pero que posee la virtud de detectar pólipos incluso pequeños. ¿Quiénes deberían realizársela directamente, sin pasar por el test de heces? “Personas que ya estén afectadas por un sangrado evidente en las deposiciones, que cuenten con antecedentes familiares o tengan imágenes con algunos hallazgos, como tumores hepáticos o imágenes en escáner de engrosamiento del colon o del recto”, enfatiza.

En cuanto a los antecedentes familiares de cáncer colorrectal, este es un factor que no se debe dejar pasar. “Es necesario explicar la importancia de si existe un familiar de primer grado con cáncer colorrectal, realizar la colonoscopia a partir incluso de los 40 años. Si ese familiar fue diagnosticado joven, el control debe iniciarse 10 años antes de la edad de ese diagnóstico”, finaliza la Dra. Larraín.

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