Incertidumbre económica y su efecto en las personas con cáncer

La asistencia a pacientes oncológicos que lo necesitan es un factor que puede incidir en su recuperación y pronóstico.

Durante la pandemia del covid-19, nuestro país, al igual que gran parte del mundo, se vio afectado en sus niveles de producción y empleo, lo que impactó en los ingresos de las personas y sus hogares. Durante los años 2020 y 2021, el Estado entregó ayudas económicas de distinto tipo, pero estas no llegaron a todas las personas que lo necesitaban o en el momento y en la cantidad requeridos.

Carolina Leitao, presidenta
Asociación Chilena de
Municipalidades (AChM).

Patricia Cáceres, trabajadora
social del Comité de
Beneficencia de FALP.

La Encuesta Nacional de Caracterización Socioeconómica (Casen 2020), realizada por el Ministerio de Desarrollo Social y Familia, y desarrollada mayormente en los meses de noviembre y diciembre de 2020, incluyó preguntas referentes a la realidad económica durante los 12 meses previos a su aplicación, para detectar problemas y vulnerabilidades causados por la contingencia.

A partir de esta encuesta es posible visualizar que gran parte de los hogares en que al menos uno de sus miembros se encontraba en tratamiento médico a causa de un cáncer se preocupó por no tener suficientes alimentos para comer. El porcentaje fue aún mayor cuando se preguntó no solo por la preocupación o expectativa, sino también por la realidad de ese período: el 54,7% señaló que ellos u otra persona en su hogar comió menos de lo que pensaba que debía comer por falta de dinero u otros recursos.

Los municipios de Chile deben asistir a los pacientes con cáncer en distintas circunstancias: si es un adulto que trabaja y cae con licencia, o que luego pierde el trabajo; o si es un niño o una persona mayor. “En general, los alcaldes tomamos contacto con las familias con cáncer que normalmente ya están insertas en las redes hospitalarias”, explica Carolina Leitao, presidenta de la Asociación Chilena de Municipalidades (AChM).

La atención a pacientes con cáncer en el sistema público se brinda inicialmente a través de la red de atención primaria propia de cada comuna: Cesfam, Cecosf o postas rurales. Y existe el “Programa de alivio del dolor y cuidados paliativos” en las municipalidades, que aspira a mejorar las capacidades de intervención de salud, dar cuidados más cercanos y

directos, llevar medicamentos oportunamente, entre otros objetivos.

“En la mayoría de las comunas de Chile los municipios no cuentan con recursos para cuidar la seguridad alimentaria y enfrentar la incertidumbre económica de estos pacientes. La realidad es que la familia o vecinos organizan beneficios (bingos, rifas, completadas, etc.) para ir en su ayuda”, comenta Leitao. “La entrega de canastas familiares y el financiamiento de algunos exámenes de especialidad, pañales y ciclos de quimioterapia es un aporte que el municipio realiza según disponibilidad presupuestaria y de acuerdo al tipo de requerimiento y condición socioeconómica del paciente y su familia. Hay una enorme inequidad territorial en esa arista de salud que debe ser atendida”, agrega.

Esta incertidumbre puede causar importantes efectos psicológicos en los enfermos de cáncer, lo que, según estudios, se asocia a los años y calidad de supervivencia. Iniciativas internacionales como Healthy People 2020 (organización estadounidense de promoción y prevención en salud) destacan la importancia del apoyo a los enfermos, de asegurar que sus viviendas, estudios, lugares de trabajo, vecindarios y comunidad en general sean acordes a un estilo de vida que les permita estar bien cuidados y en condiciones de recuperar y fortalecer su salud.

“Satisfacer las necesidades de los enfermos de cáncer y sus hogares mientras están en tratamiento es una iniciativa que debería tener alta prioridad. Por lo tanto, se requiere un enfoque integral, bajo un modelo biopsicosocial. Se ha anunciado el proyecto de ley de presupuesto nacional, pero los municipios de Chile estamos esperando el anuncio del cálculo per cápita de salud, que es muy importante para la planificación de la atención primaria”, señala Leitao.

La literatura muestra que solo mejores tratamientos y acceso a asistencia clínica no generan los mismos efectos si los enfermos de cáncer enfrentan una situación de carencia en sus necesidades básicas. Una red de apoyo económico y social que sea capaz de

solventar las necesidades extraclínicas de los enfermos de cáncer podría disminuir los temores económicos de los pacientes.

El Instituto Oncológico Fundación Arturo López Pérez (FALP) cuenta con un proceso de postulación para aquellos pacientes que no pueden financiar su tratamiento oncológico, donde cada caso es estudiado y analizado, asegurando el cumplimiento de ciertos requisitos, por el Comité de Beneficencia.

“Se hace imprescindible poder otorgar apoyo a los gastos asociados a la patología oncológica referidos a traslados, alojamiento, alimentación, medicamentos, entre otros, sobre todo a los pacientes de regiones que deben

viajar desde otras ciudades para poder someterse a los tratamientos”, explica Patricia Cáceres, trabajadora social del Comité de Beneficencia de FALP.

“En relación con esto, muchos municipios otorgan apoyo en traslados o bien aportan con fondos para financiamiento de prestaciones. En ocasiones, en nuestra unidad se hace imperioso realizar derivaciones a las municipalidades para conseguir un apoyo económico para el paciente, cuyo monto varía de municipio en municipio”, agrega.

Cáceres aclara que la situación de vulnerabilidad económica afecta al grupo familiar en su conjunto, especialmente si el paciente es el jefe o jefa de hogar.

“La enfermedad hace que disminuya la fuerza de trabajo de la familia; inevitablemente se debe hacer uso de licencias médicas, incrementar gastos como alimentación, traslados, medicamentos, exámenes, etc. Todo esto genera gran incertidumbre y se comienza una peregrinación en busca de ayuda por diferentes vías, ya sean públicas o privadas”, afirma Cáceres.

En definitiva, la patología oncológica involucra un desgaste emocional, familiar, relacional, físico y económico. La entrega de apoyo específico de asistencia económica para los gastos del hogar, de acompañamiento y cuidado del enfermo y sus dependientes, así como una red de asistencia a necesidades urgentes y específicas durante el tratamiento, podrían generar un alivio a los pacientes, y facilitar el logro de objetivos clínicos que se ven influidos por su estado de salud mental y de bienestar.

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