Después de un cáncer cervicouterino, ¿se puede ser madre?

Si se diagnostica en etapas iniciales, existen alternativas que conservan la opción de maternidad en mujeres con esa aspiración. Hacerse el PAP anual es clave para detectar lesiones que luego pueden convertirse en cáncer.

El cáncer cervicouterino es una enfermedad que afecta, en su mayoría, a mujeres en edad fértil. Es por esto que su diagnóstico suele conllevar una preocupación adicional: la posibilidad de ser madre en el futuro. 

“Las pacientes con cáncer de cuello uterino en general tienen entre 30 y 40 años. Hoy lo habitual es que a los 30 años no tengan hijos aún, o que sí los haya y deseen tener más”, describe el Dr. Sebastián Ramírez, jefe del Equipo de Cirugía Oncológica Ginecológica de FALP. 

Las pacientes con cáncer de cuello uterino en general tienen entre 30 y 40 años. Hoy lo habitual es que a los 30 años no tengan hijos aún, o que sí los haya y deseen tener más”, describe el Dr. Sebastián Ramírez, jefe del Equipo de Cirugía Oncológica Ginecológica de FALP. 

Si bien la histerectomía (extirpación del útero y del cuello uterino) es el tratamiento más frecuente, el manejo del cáncer cervicouterino va a depender de las características de la enfermedad, existiendo en algunos casos alternativas terapéuticas que permiten conservar la opción de maternidad. Estas requieren una evaluación de especialistas, asociada a estudios por imágenes. 

Si el cáncer se detecta en una etapa inicial, hay varias cosas por hacer desde el punto de vista de conservar la fertilidad en pacientes que así lo desean. Estas conductas son excepcionales y se discuten caso a caso en un comité oncológico”, dice el Dr. Ramírez.

Cuando el tumor es milimétrico y poco invasivo, explica, se le puede ofrecer a la paciente un cono o conización. Otro procedimiento quirúrgico – cuando los tumores se acercan a los 2 cm- es la traquelectomía radical, procedimiento que incluye la extracción del cuello del útero y que es poco frecuente, porque su indicación es muy específica y debe ser realizada por profesionales especializados (ver ilustraciones). En FALP, la traquelectomía se realiza por vía laparoscópica.

Permite la permanencia del útero, donde puede haber una gestación a futuro. Como no hay cuello del útero, en ocasiones se pone en su lugar una cinta quirúrgica que actúe como sostén para el feto en el caso de un embarazo. Otra opción para resguardarlo es que la mujer sea hospitalizada tempranamente. Con técnica laparoscópica, hay un 30% de probabilidad de lograr un embarazo, y de esos embarazos, un 60% aproximadamente llega a término”, comenta. 

También podrían aspirar a ser madres después de un cáncer cervicouterino mujeres con tumores que midan de 3 a 4 cm, las que normalmente no serían candidatas a cirugía, sino que a quimioterapia y radioterapia. 

La radioterapia produce infertilidad futura por un deterioro de la función ovárica. Entonces, les administramos quimioterapia –que es menos tóxica para el ovario- para achicar el tumor. Y cuando esto se logra, podemos operarlo, ya sea haciendo un cono o una traquelectomía. Antes de la quimioterapia, se debe confirmar que el tumor no haya comprometido los ganglios”, concluye.

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