Evidencias y controversias de la vitamina D y el sol

¿Es correcto exponerse al sol sin protección para aumentar la síntesis de vitamina D? ¿Qué alimentos debo consumir? Especialistas responden a estas inquietudes.

La vitamina D es fundamental para tener huesos firmes, el sistema inmunológico saludable y también está relacionada con la prevención de algunos tumores y de enfermedades cardiovasculares. No obstante, existe una importante deficiencia de esta vitamina. ¿Es necesaria entonces una mayor exposición solar y un menor uso del bloqueador para que el organismo logre producirla?

El Dr. Álvaro Pantoja, dermato-oncólogo jefe del equipo de dermatología del Instituto Oncológico FALP, advierte que si bien la población mundial carece de ella, no existen estudios científicos que permitan relacionar la falta de vitamina D con cáncer de piel. El especialista, además de corregir la naturaleza de estos rumores, insiste en que una adecuada protección solar es compatible con lograr los niveles apropiados de vitamina D necesarios para una buena salud.

“El permanecer más tiempo expuesto al sol, no aumenta la cantidad de vitamina D que almacena el organismo y sí daña la piel de forma irreversible. Además, si las personas continúan más tiempo al sol, la vitamina D3 ya formada disminuye por efecto de las radiaciones UV, es decir, se pierde la almacenada en esos primero minutos”.

Dr. Álvaro Pantoja, dermato-oncólogo jefe del equipo de dermatología del Instituto Oncológico FALP

¿Cuánto tiempo es necesario entonces permanecer al aire libre?
– “Los niveles de cada persona dependen de la dieta, de la capacidad individual para captarla desde los alimentos y de la cantidad de sol que cada piel puede absorber, lo cual también depende del lugar donde vivimos, la estación del año y de nuestro tipo de piel. Por tanto, no es posible indicar cantidad de minutos, pero sí es conveniente indicar que con una pequeña fracción de exposición solar es posible sintetizar esta vitamina. Incluso los pacientes que son estrictos en el uso del bloqueador solar”.

 

Los alimentos son mejor aliado que el sol

La Dra. Loreto Moreira, nutrióloga del Instituto Oncológico FALP explica que el mayor grupo de riesgo de hipovitaminosis D son las mujeres, especialmente quienes se encuentran en la etapa de menopausia. También la tercera edad, vegetarianos, quienes no ingieren alimentos variados y operados de cirugía bariátrica.

Los síntomas de carencia son molestias gastrointestinales, dolor abdominal, vómitos, estreñimiento, fatiga y/o irritabilidad.

La deficiencia de vitamina D corresponde a valores menores a 30 ng/dl. y el médico indicará un examen de sangre solamente cuando el paciente pertenece al grupo de riesgo. El resto de la población no debe practicarse esta prueba en forma indiscriminada, ya que además es un examen que no tiene codificación FONASA y por tanto se cancela en forma particular.

La especialista indica que la dieta adecuada para resguardar los niveles normales es aquella que incluye salmón, atún, caballa (u otros pescados grasos), aceite de bacalao, huevos, ostras, caviar y alimentos fortificados. En Chile no existe una norma, pero existen algunos productos lácteos, cereales, bebidas y productos de soya que incluyen un refuerzo de esta vitamina. Hay que tener precaución y revisar las etiquetas y elegir productos que contengan poco o nada de azúcares refinados y nada de aceites parcialmente hidrogenados.

La suplementación, en tanto, nunca debe ser por cuenta propia y debe ser analizada por el especialista, tanto en dosis como en periodo de tratamiento, pues depende de la historia clínica y la edad de cada persona, entre otros factores.

Alimentos ricos en vitamina D

Pescados grasos como jurel, salmón, caballa.

Aceite de bacalao

Huevos

Alimentos fortificados

Grupos de riesgo

Además de la baja exposición solar, la pigmentación, edad, latitud y estación del año, otros factores que influyen en una absorción deficiente son:

  • Enfermedad celiaca.
  • Pacientes sometidos a cirugía bariátrica, especialmente by pass gástrico.
  • Uso de anticonvulsivantes, inmunosupresores, antirretrovirales, glucocorticoides.
  • Hipertiroidismo.
  • Obesidad.
  • Niveles anormales de calcio en la sangre.
  • Enfermedad renal crónica.
  • Enfermedad hepática.

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