Las consultas médicas a distancia que permiten una atención oportuna

Este sistema, que conecta a la persona con un doctor sin tener que salir de su casa, se basa en las necesidades del paciente. Es un espacio seguro para aclarar dudas y dar inicio o continuidad a un tratamiento.

La pandemia de Covid-19 nos ha cambiado a vida en muchos sentidos. De un día para otro, muchos comenzaron a usar la tecnología para distintas cosas cotidianas: comprar, trabajar, hacer clases o entretenerse. También para consultar al doctor.

En medio de la crisis por coronavirus, el tener que quedarse en casa como medida para prevenir el contagio de la enfermedad dio impulso a un concepto hasta ahora desconocido para la mayoría: la teleconsulta. A través del teléfono, tablet o computador, la persona se conecta con su médico, quien lo atiende de manera remota. Su objetivo primordial es que, sin importar el contexto, las personas no pongan en riesgo su salud postergando sus diagnósticos o tratamientos.

Dr. Inti Paredes, coordinador de Telemedicina FALP.

El Dr. Inti Paredes, coordinador de Telemedicina FALP, cuenta que “los primeros modelos de esta herramienta comenzaron hace unos 30 años, con atenciones enfocadas a la entrega de asesoría entre profesionales sanitarios. El modelo actual, englobado en el concepto de teleconsulta, se concentra en un formato médico-paciente”.

Estas teleconsultas habían surgido con mayor fuerza en Europa y, principalmente, Estados Unidos. “Aun así, antes del Covid-19, su tasa de uso variaba entre el 1% y 5%. Es decir, independientemente de que la tecnología existía y de que había profesionales que ofertaban el servicio, la intención de uso era muy baja. Pero ahora, en algunos lugares de EE.UU. está llegando al 50%, ya sea por teléfono o videoconsulta. Y el incremento de los encuentros telemédicos con respecto a lo que había antes ha superado en algunos casos el 1.000%”, explica.

¿Por qué alguien que ya probó este sistema querría volver a utilizarlo? Un factor importante es la experiencia durante la cita médica.

“La atención telemédica bordea el 90% de satisfacción entre sus usuarios, versus el 60% de satisfacción en las atenciones presenciales. Y esto se debe a que las habilidades humanas se amplifican a través de una videoconsulta: tienes la obligación de interactuar con la persona que está al otro lado de la cámara, hablar, escuchar, mirarse. Entonces uno se pregunta si la tecnología disminuye la humanización de la medicina o, al revés, ayuda a recuperar elementos que se habían perdido. El nivel de atención percibido por los pacientes de parte del médico es muy alto”, comenta.

VISIÓN DEL PACIENTE

El Dr. Paredes cuenta que, en el último tiempo, las teleconsultas han evolucionado en una búsqueda para despejar qué tipos de atenciones se pueden resolver en este formato.

“Hace tres años, estudios en Europa y Estados Unidos hablaban de que sólo 4 de cada 10 consultas requerían una visita al doctor. La capacidad de resolución de la atención de un médico a través de la cámara es muy alta en patologías no urgentes. Y ahora, en pleno contexto de pandemia, la AMA (Asociación Médica Americana) describe que el 75% de las atenciones de urgencia o visitas a centros médicos de urgencia serían innecesarias o manejadas de forma segura o efectiva a través de un teléfono o video. Este es un tremendo salto: obligados a usar la teleconsulta, el efecto es que estamos resolviendo muchos más casos de lo que antes se creía”.

¿Cuál es la clave para el éxito en el uso de la teleconsulta? Según explica el especialista de FALP, este sistema será útil siempre y cuando la aproveche el paciente indicado en la etapa adecuada para él. Para conseguir un buen resultado, se debe trazar “el viaje del paciente” y ver en qué momentos el no asistir presencialmente a una consulta es algo valioso para él.

Está claro que fue la pandemia la que abrió el camino hacia la teleconsulta. Podría decirse que a la fuerza. “Pero resultó que no era tan compleja como se creía y el contexto la transformó en la mejor herramienta para entregar prestaciones de salud, con beneficios como no salir de la casa”, resume el Dr. Paredes. ¿Qué pasará entonces con ella cuando la crisis se supere?

“Un volumen alto de pacientes -se estima que un 8%- va a seguir usándola. Para nuestro país, por características como la centralización, las largas distancias que hay que recorrer y la ruralidad, puede marcar una tremenda diferencia para dar acceso a especialidades que hoy no están a la mano para todas las personas. La teleconsulta no es algo distinto de la medicina, sino que un canal más que amplifica su ejercicio y que ya es parte de nuestro presente”, finaliza.

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