Lo que hay que saber sobre el cáncer testicular

El cáncer de testículo representa el 3,1% de todos los cánceres que afectan a los hombres chilenos. Según Globocan 2012, el número de casos nuevos por año supera los 600.
Más del 90% de los tumores cancerosos de testículo se presentan en células especiales llamadas células germinales, las cuales producen los espermatozoides. Los dos tipos principales de tumores de las células germinales en los hombres son los seminomas y no seminomas. Los primeros tienden a crecer y a propagarse más lentamente.
La edad promedio para los pacientes con seminoma es de 35 años, mientras que para los no seminoma es de 29 años.

Gracias al avance en los diagnósticos y tratamientos, es uno de los tumores más curables, incluso en fase metastásica. El doctor Camilo Sandoval, jefe del equipo de urología del Instituto Oncológico FALP, explica que “en pacientes que presentan un cáncer testicular que solo afecta al órgano, existe una capacidad de mejoría por sobre el 95%”.

Por eso, la detección temprana es decisiva. Entre los factores para presentar este cáncer, cuentan que un testículo no haya descendido en la infancia antes de los 24 meses de vida (criptorquidia), antecedentes de tumores 

testiculares en familiares de primer grado (padre/hermanos) o referencias de un tumor previo o infertilidad.

Cuando el feto se desarrolla en el vientre materno, estos órganos se ubican dentro del abdomen. Antes o justo después del nacimiento bajan al escroto. De no suceder así, el niño corre el riesgo de sufrir de cáncer en alguno de los testículos en la edad adulta.

El urólogo recomienda que desde los primeros meses de vida el pediatra constate que los testículos hayan bajado. “Se estima que los hombres que presentaron criptorquidia en la infancia tienen 40 veces más riesgo de desarrollar cáncer en la juventud, incluso después de que ese testículo fue operado y puesto en su lugar”, advierte.
Las manifestaciones principales de la enfermedad son el crecimiento indoloro del testículo, es decir, que solamente se siente como un endurecimiento. Otro signo es el crecimiento anormal en comparación con el órgano colateral.

Si bien se presenta como una masa más grande que un testículo normal en un solo lado, en el 1% a 2% de los casos se puede presentar como tumores bilaterales al mismo tiempo.

El Dr. Camilo Sandoval indica que no hay que esperar que desaparezca solo; por supuesto, puede ser una enfermedad benigna, pero eso lo tiene que decidir el especialista.

Es frecuente que los pacientes asocien la aparición del tumor testicular con algún golpe o trauma previo al diagnóstico.

“Este punto ha sido revisado, pero es solo coincidencia, ya que un golpe en esa zona motiva al paciente a realizarse un autoexamen testicular. Una vez que perciba un hallazgo anormal en alguno de sus testículos, es necesario que consulte con su urólogo para iniciar un estudio”. Este contempla una completa historia clínica, un examen físico y la realización de una ecotomografía testicular doppler bilateral.

Cuando persiste la duda, se realiza una exploración quirúrgica en pabellón con biopsia del área sospechosa.

Existen varios factores que influyen en el grado de agresividad de la enfermedad. El primero de ellos es el grado de avance y de metástasis al momento del diagnóstico, lo cual se determina con imágenes con TAC o RM de tórax, abdomen y pelvis.

“Otro factor a considerar es el criterio histológico; es decir, las características de las células observadas bajo un microscopio, ya que podemos reconocer distintos orígenes celulares, con diversos niveles de agresividad, y diferentes grados de compromiso del testículo. Es un factor pronóstico también cuando existen tumores con distintos tipos de células malignas,  ya que corresponden a tumores 

heterogéneos que pueden requerir diversos tratamientos para su control”.

Esta enfermedad tiene como opciones de tratamiento la cirugía, quimioterapia y radioterapia. Con frecuencia, quienes sufren cáncer de testículo tienen problemas de fertilidad antes de someterse al tratamiento oncológico.

“En esos casos o si el manejo oncológico afecta la capacidad reproductiva, es importante que el paciente consulte con su médico tratante sobre la criopreservación de espermios para conservarlos y utilizarlos en el futuro”, concluye.

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