“Me operé de cáncer renal y recibí el alta el mismo día, fue increíble”

Medardo San Cristóbal fue sometido a una cirugía robótica mínimamente invasiva, tras la cual se recuperó rápidamente. “Agradezco haber podido acceder a esta tecnología”, dice.

Medardo San Cristóbal es un hombre que cuida su salud. Antes de que una hernia se lo impidiera, practicaba ciclismo y senderismo; y como es hipertenso, cumple sagradamente con sus controles médicos.

Esta conciencia del autocuidado hizo, además, que no se quedara tranquilo ante un dolor abdominal que lo afectó hace unos dos meses.

“Tomé uno de los típicos medicamentos para el colon, pensando que la molestia podía deberse a algo que había comido, pero al otro día continuaba, así es que pedí hora con un médico general”, cuenta Medardo, quien vive en Concepción con su esposa y gusta de hacer vida familiar junto a sus hijas, yernos y nietos. Tras esa primera visita al doctor, siguieron exámenes y consultas con un nefrólogo y un urólogo. “Él me pronunció esa palabra que nunca quieres escuchar”, recuerda emocionado.

El diagnóstico de cáncer renal fue algo totalmente inesperado. De hecho, comenta que hace años, cuando contrató el Convenio Oncológico de FALP como funcionario de la Fiscalía Local de Talcahuano, lo hizo pensando en su esposa y sus dos hijas, pero no se imaginó que él tendría que usarlo.

“Primero me comuniqué con mi Isapre, que me ofreció el GES, pero me derivaban a una clínica donde me iban a realizar cirugías abiertas y me planteaban extirpar completo el riñón izquierdo, que era el más comprometido. Entonces pensé que debía haber otra opción y consultamos en FALP, ya que teníamos el Convenio. En la primera consulta de telemedicina con el Dr. Jorge Díaz, él revisó mis exámenes y me dijo que no sería necesario sacar el riñón porque contaban con tecnología para no tener que realizar una cirugía radical. Ahí vi la luz porque era muy buena la expectativa que me ofrecía”, dice.

Mediante cirugía robótica mínimamente invasiva, asistida por el robot Da Vinci, a Medardo se le extirpó solo una parte de su riñón. Su recuperación fue muy rápida, por lo que el procedimiento terminó siendo prácticamente ambulatorio.

“Me operé y recibí el alta el mismo día, fue increíble. Si no hubiera sido porque el protocolo indica que hay usar una silla de ruedas, habría salido caminando de FALP. Esa noche, en la casa de los familiares donde me hospedé, no podían creer que estaba recién operado. Me quedé conversando con ellos y después de una hora, por prudencia, me fui a acostar, pero la verdad es que no me dolía nada nada. Luego de un par de días, volví a mi casa en Concepción”.

Dos semanas después de la cirugía, Medardo sigue sin molestias. Mientras, espera por la operación de su riñón derecho.

“Yo agradezco el haberme podido operar con esta tecnología, es impresionante. Y también el haber escuchado a mi cuerpo cuando sentí una molestia. Si uno tiene un dolor es porque algo pasa; hay que poner atención y consultar”, finaliza.

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