Buscando mejores diagnósticos y resultados de tratamiento para el cáncer de próstata

El Dr. Pedro Recabal realizó diversos proyectos de investigación aplicados al cáncer de próstata en Estados Unidos.

El doctor Pedro Recabal es cirujano urólogo oncólogo de FALP. Hace dos meses llegó desde Estados Unidos, donde residió como investigador visitante en el prestigioso Memorial Sloan Kettering Center en Nueva York y además realizó una subespecialidad en urología oncológica. En ese centro de salud, desarrolló diversos proyectos de investigación enfocados a mejorar los resultados de las cirugías para extraer la próstata y perfeccionar los métodos diagnósticos.

Parte de ese trabajo se enfocó en el uso de la resonancia nuclear magnética como complemento al proceso de toma de biopsias prostáticas en pacientes que se mantienen en vigilancia activa por cáncer de próstata de bajo riesgo (ver recuadro), para confirmar con mayor precisión que la enfermedad se encuentra en ese estadio.

Además, el urólogo analizó el uso del antígeno prostático en el seguimiento de pacientes en vigilancia activa: “En el 90%

de los casos, durante cinco años de seguimiento, el antígeno prostático había sufrido un alza y luego había bajado en igual o mayor magnitud sin significar que el cáncer hubiera progresado. Por lo tanto, un solo aumento no es útil para diagnosticar una progresión de la enfermedad”.

En relación al tratamiento quirúrgico, el doctor participó en dos estudios. Uno buscaba aumentar la posibilidad de extraer el tumor completo en la cirugía generando una reconstrucción tridimensional de la resonancia nuclear magnética que se incorpora al robot Da Vinci Xi, con el que se realiza la operación. El segundo consiste en inyectar una molécula fluorescente de manera intravenosa para, con un equipo especial, iluminar los nervios. “Se busca visualizarlos para disminuir el riesgo de producir una lesión, lo que es importante porque los nervios de la erección pasan por el lado de la próstata”.

Vigilancia activa:

“La edad promedio de aparición del cáncer de próstata son los 60 años. Si lo detectamos muy precozmente, el paciente probablemente no tendrá ningún síntoma por varios años y viva el mismo tiempo que no teniendo la enfermedad, sin afectar su sobrevida. Por lo tanto, este tipo de cáncer se puede manejar con vigilancia activa: realizar seguimiento y diferir el tratamiento, sin comprometer el pronóstico. Lo importante es detectarlo a tiempo y tratarlo, si en los controles se detecta una progresión”, explica el Dr. Recabal.

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