¿Por qué el cáncer de vesícula afecta a tantas chilenas?

El cáncer a la vesícula biliar es la segunda causa de muerte por cáncer entre las mujeres de nuestro país, sólo superado por el cáncer de mama.

El cáncer a la vesícula biliar es la segunda causa de muerte por cáncer entre las mujeres de nuestro país, sólo superado por el cáncer de mama. Se trata de una patología que afecta principalmente a la población femenina, en general entre los 50 y 60 años. Sin embargo, también es importante considerarla en pacientes hombres y en mujeres más jóvenes.

De acuerdo a las últimas estadísticas del Ministerio de Salud, el año 2011 fallecieron 1.300 mujeres por esta enfermedad, concentrándose las mayores tasas de defunciones en Los Ríos, La Araucanía y Maule, regiones que duplican en número de fallecimientos a la Región Metropolitana.

“El cáncer de vesícula biliar usualmente se desarrolla de manera silenciosa y los síntomas aparecen en la mayoría de los pacientes cuando la enfermedad está avanzada. Por ello, esta neoplasia tiene uno de los peores pronósticos entre todos los carcinomas gastrointestinales y hepatobiliares, con una sobrevida que no supera los dos años luego del diagnóstico en un gran porcentaje de pacientes. A pesar de que más del 90% de los casos diagnosticados en nuestro país está relacionado a la presencia de cálculos en la vesícula (piedras formadas por sales biliares que se aglutinan y solidifican), sólo un 15% de los pacientes tienen síntomas relacionados a ellos. Estos irritan y producen inflamación crónica sobre la pared de la vesícula, favoreciendo la aparición de este cáncer”, explica el Dr. Jean Michel Butte, jefe del equipo de cirugía digestiva del Instituto Oncológico FALP.

“El cáncer de vesícula biliar usualmente se desarrolla de manera silenciosa y los síntomas aparecen en la mayoría de los pacientes cuando la enfermedad está avanzada”.

Dr. Jean Michelle Butte,
jefe de cirugía digestiva del Instituto Oncológico FALP.

La extirpación (colecistectomía) está incorporada a la canasta de prestaciones GES entre los 35 y los 49 años cuando hay síntomas. Por ello, el médico recomienda realizar una ecografía abdominal antes de esa edad, y en caso de tener cálculos evitar a tiempo la posibilidad de un futuro tumor, sometiéndose a una extirpación electiva de la vesícula. Luego de esta operación es importante evaluar la pared vesicular con una biopsia para descartar la presencia de un cáncer. “Sacar a tiempo una vesícula con cálculos a los 35 años significa evitar 15 años de inflamación crónica y por tanto disminuir ciertamente el riesgo de presentar un cáncer a los 50 años”.

Predisposición genética

Junto a la presencia de cálculos biliares y de inflamación crónica, la predisposición genética es otro de los factores que deben confluir para que se desarrolle la enfermedad. Y en Chile la estadística es compleja. La mayor incidencia de casos en el mundo está en Valdivia, especialmente en mujeres (26 casos por cada 100 mil habitantes). Le sigue Nueva Delhi, en la India (10 casos por cada 100 mil habitantes).

De acuerdo a cifras del Ministerio de Salud, la mortalidad por cáncer de vesícula va aumentando desde la Séptima Región hacia el sur, siendo mayor en las regiones de Los Ríos y Araucanía, zona con mayoría de población con componente mapuche en su historial genético. Pero no solamente las mujeres del sur deben ser precavidas respecto de esta enfermedad. Se estima que la mayoría de la población tiene entre un 40% y 60% de estos genes.

Tratamiento

El tratamiento depende fundamentalmente de la forma y la etapa en la que se diagnostica el cáncer. Los pacientes se pueden diagnosticar por la presencia de una masa vesicular o en forma incidental, cuando el diagnóstico se realiza al evaluar la biopsia, después de una extirpación electiva de la vesícula por causa benigna. En aquellos pacientes que no presenten metástasis a distancia, el tratamiento quirúrgico, que incluye la extirpación de la vesícula (cuando está presente), los ganglios regionales, los segmentos del hígado en los cuales se localiza la vesícula y el conducto biliar (cuando está comprometido) es el de elección. Esta operación es habitualmente complementada con quimioterapia y/o radioterapia. Por otra parte, en pacientes con enfermedad metastásica el tratamiento habitual será con quimioterapia. Es importante señalar que sólo un pequeño grupo de pacientes se pueden tratar sólo con la extirpación vesicular y son aquellos que presentan compromiso exclusivo de la capa más superficial de la vesícula o mucosa.

El doctor Butte señala que la sobrevida promedio para un paciente con tumor pequeño (que compromete la primera o segunda capa de la vesícula), sin compromiso ganglionar es de 85-95% a 5 años. Mientras que un paciente con un tumor grande que compromete los ganglios habitualmente tiene una sobrevida inferior a 3 años.

“Tratarse en un centro especialista, donde el equipo médico está capacitado para tomar decisiones en pabellón cuando la extensión del cáncer compromete la sobrevida futura de la persona, es muy importante”. El tratamiento quirúrgico se complementa, en la mayoría de los casos con quimioterapia.

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