“Tenemos que pensar como comunidad, estamos todos juntos en esto”

En Alemania vio cómo el plasma de personas recuperadas de Covid-19 ayudó a un colega a mejorar. Por eso, tras llegar a Chile y enterarse del estudio liderado por FALP para usarlo en pacientes graves, ya ha donado en 4 ocasiones.

Loreto Martínez dividía su vida en Berlín -donde reside desde 2016- impartiendo clases de matemáticas y de español, y trabajando en una empresa que regula tráfico vehicular. Transitaba por la ciudad en bicicleta, tenía la costumbre de lavar sus manos frecuentemente y en general no daba besos ni abrazos, “porque en Alemania la distancia social es algo cultural”. Pero el 5 y 6 de marzo, cuenta esta ingeniera de 32 años, hubo concurridas reuniones en su oficina: El lunes 9, estaban todos con licencia. Excepto yo, que ya llevaba dos semanas resfriada, así es que pensé que seguía siendo eso”.

Pero no. Cuando esa misma semana uno de sus compañeros confirmó que había dado positivo para Covid-19, ella también se hizo el examen y se puso en cuarentena. Su test confirmó luego el coronavirus. “Tuve fiebre, dolor de cabeza intenso por una semana y el síntoma más claro fue la pérdida de olfato”, comenta. Apenas terminó su confinamiento, logró reprogramar la visita a Chile por tres semanas que ya tenía planeada y llegó a Santiago el 1 de abril.

Antes de venirse, eso sí, Loreto supo que uno de sus colegas contagiados, de sólo 35 años y quien debió estar hospitalizado por más de un mes, había recibido una transfusión de plasma con anticuerpos de una persona que ya se había recuperado del Covid-19. “Yo conocía los buenos resultados en él, la terapia funcionaba”, dice. Por eso, cuando aquí vio la noticia de que FALP estaba liderando un estudio investigacional compasivo para su uso, quiso colaborar.

“Mandé el formulario que está en www.donantecovid.cl, me llamaron, hice una entrevista telefónica, luego una presencial y después fui a donar. Yo había donado sangre varias veces, plasma nunca”, cuenta sobre la primera vez que llegó a FALP con ese propósito. Pero Loreto no se conformó con eso y ya ha donado en tres ocasiones más.

“Pensaba que era como la donación de sangre cada 4 meses, pero al terminar me explicaron que se podía donar plasma una vez a la semana. Y claro, mientras tenga anticuerpos y pueda ayudar, lo haré. Si al final te toma sólo una hora y mientras no haya una vacuna, el plasma es la opción”, afirma.

La estadía de Loreto en Santiago se ha extendido por más de lo esperado. Aquí ha podido cuidar a sus papás, con quienes se hospeda, regaloneándolos con distintas recetas de pan amasado y saliendo a hacer las compras para que ellos no se expongan. Al mismo tiempo, ha visto con preocupación cómo hay muchos que no se toman en serio la cuarentena.

“Se entiende que hay gente que debe salir a trabajar, pero es decepcionante ir al supermercado y ver a familias enteras como si estuvieran paseando. Esta enfermedad puede ser muy grave y no se trata sólo de cuidarse a uno, sino que también al resto. Hay que pensar como comunidad, estamos todos juntos y en lo mismo. Por eso, quien tenga la opción de donar plasma, que lo haga. Es lo mínimo que podemos hacer”.

Estudio colaborativo para combatir el virus

El estudio investigacional compasivo sobre uso de plasma convaleciente liderado por FALP es un proyecto colaborativo y gratuito en el que participan distintas instituciones de salud. Consiste en la recolección de plasma con anticuerpos de pacientes recuperados de Covid-19 y su transfusión a enfermos en estado de gravedad o que presenten factores de riesgo que permitan anticipar complicaciones en su estado, para ayudarles a combatir el virus.

También está disponible, en la aplicación Podcasts de iPhone y en Spotify, un capítulo de nuestro espacio “Hablemos de cáncer” con interesante información al respecto.

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