Tratamientos de última generación más eficaces, precisos y seguros para los pacientes con cáncer

El Centro de Radioterapia Avanzada y Radiocirugía Robótica de FALP apuesta por aumentar el acceso a este tipo de terapias, fundamental para un alto porcentaje de pacientes oncológicos.

Las últimas dos décadas han sido testigos de un avance sostenido y veloz en el campo de la radioterapia, procedimiento que ha mejorado su eficacia y seguridad gracias al desarrollo explosivo de nuevas tecnologías. La radioterapia, que es uno de los tres pilares de tratamiento del cáncer —junto con la cirugía y las terapias sistémicas (quimioterapia, inmunoterapia, terapias biológicas, etc.)—, se ha ido perfeccionando en el tiempo, de modo que se ha vuelto cada vez más precisa, reduciendo sus efectos secundarios.

“Desde que se aplicó por primera vez hace ya más de 120 años, la radioterapia ha tenido un avance notable”, comenta el Dr. Pablo González Mella, Subdirector Médico de Radioterapia Oncológica de FALP.

Este método terapéutico tiene una importancia que el especialista ilustra con cifras: “El 60% de los pacientes diagnosticados con cáncer lo requiere para aumentar sus posibilidades de curación, mientras que ha sido central en el 40% de las patologías que se han curado. Su impacto es enorme”.

Aplicable en la mayoría de los tumores sólidos, este tratamiento puede utilizarse en reemplazo de las cirugías —“tiene la ventaja de disminuir las secuelas quirúrgicas”, explica el Dr. González— o como complemento de las mismas. “Hay, por otro lado, una gran cantidad de cánceres que no son curables con quimioterapia exclusivamente, pero sí con radioterapia, entre ellos el de esófago, laringe, faringe, canal anal y cervicouterino, de manera exclusiva o asociada a dosis bajas de quimioterapia”, precisa.

Este favorable escenario contrasta, sin embargo, con el alcance de la radioterapia en América Latina y Chile, según advierte el profesional. “En nuestro país, solo recibe esta atención la mitad de los 28 mil pacientes que la necesitan, debido a la falta de especialistas y de infraestructura. Chile debería contar con 120 equipos y existen 40; en tanto, hay 70 oncólogos radioterapeutas cuando debería haber 360”, afirma.

Las tres dimensiones relevantes en la actualidad para este tipo de tratamiento —atención de excelencia, cobertura y formación— son la base del funcionamiento del Centro de Radioterapia Avanzada y Radiocirugía Robótica de FALP.

Integrada por 80 profesionales altamente especializados —entre ellos oncólogos radioterapeutas con formación internacional, radiofísicos, tecnólogos médicos, TENS y enfermeras—, esta unidad es la primera de su tipo en el país. La atención de calidad incluye la educación de los pacientes sobre su tratamiento. Y el equipamiento cuenta de forma exclusiva en Chile con sistemas como CyberKnife ML6, para radiocirugía robótica, TomoTherapy HD y Radixact X9, los que, junto al resto de la infraestructura, posibilitan procedimientos más seguros y eficientes en menor tiempo, para pacientes con todo tipo de tumores sólidos.

En lo que concierne a la formación de nuevos oncólogos radioterapeutas, FALP creó —en conjunto con la Universidad de los Andes y el Organismo Internacional de Energía Atómica— el Magíster Internacional de Radioterapia Avanzada —primero en Latinoamérica— que ya va en su tercera edición y cuyo objetivo es la formación en alta tecnología para especialistas de distintos países del continente; y además cuenta con médicos chilenos realizando su residencia en la especialidad de radioterapia oncológica. En términos de mejorar la cobertura de los tratamientos de radioterapia, la atención de pacientes derivados del sistema público o a los que FALP brinda el apoyo de beneficencia es esencial para lograr el objetivo central y fundacional de llevar esta alta tecnología a todos, sin importar su condición socioeconómica.

PRECISIÓN SUBMILIMÉTRICA

“Suele asumirse que la radioterapia actúa como un soplete que quema el tumor y no es así en lo absoluto. Lo que hace, de manera selectiva, es dañar el ADN de las células tumorales de manera que no pueden reproducirse y finalmente mueren. Los tejidos vecinos que están sanos sufren una inflamación, pero esta se revierte, sin secuelas relevantes. Si a veces genera temor, este se asocia a los comienzos de la radioterapia, cuando se usó sin límites ni controles de calidad y se hizo de un mal prestigio por sus efectos colaterales, ya que se irradiaba indiscriminadamente los tejidos sanos”, dice el Dr. González.

Ese panorama ha cambiado radicalmente. Las terapias se realizan de acuerdo con las características de cada tumor y los instrumentos de alta tecnología permiten irradiar con precisión milimétrica o submilimétrica, incrementando las dosis de manera segura: “Esta focalización ha derivado del desarrollo de la informática, la imagenología y la inteligencia artificial. Tumores que eran inoperables, como el de nasofaringe, y que se curaban con la radioterapia convencional en un rango de 40% a 45%, se curan hoy sobre el 90% gracias a estos avances”.

La más reciente adición al equipamiento del Centro de Radioterapia Avanzada y Radiocirugía de FALP es Halcyon, un acelerador lineal que permite aplicar radioterapia guiada por imágenes con altísima precisión y mantener la visión del tumor en tiempo real. “Está indicado para un amplio porcentaje de cánceres, particularmente aquellos que afectan más frecuentemente a los chilenos: próstata, mama, pulmón y tracto digestivo”, explica.

Un paciente afectado por un tumor en la orofaringe se cuenta entre las primeras personas tratadas con este equipo. “El suyo es un caso muy especial: llegó a FALP después de que debiera suspender su tratamiento de radioterapia convencional realizado en otro centro, a causa de los efectos colaterales. Aquí reiniciamos su tratamiento utilizando radioterapia avanzada y su cáncer está en regresión completa”, informa.

Este resultado, según el especialista, confirma que la radioterapia avanzada incrementa las posibilidades de curar más pacientes y de evitar tratamientos caros, tóxicos o invasivos. “Hemos apostado por instalar tecnología de punta, la más avanzada del mundo, y crecer en nuestra capacidad de atención. La incorporación de Halcyon nos permitirá llegar a 2.000 pacientes tratados con radioterapia al año, y cumplir así con la tarea de aumentar la cobertura en este tipo de tratamiento fundamental para las personas con cáncer”, precisa el Dr. González.

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