Teragnosis: un nuevo concepto en el tratamiento del cáncer

Los pacientes con tumores neuroendocrinos y metastásicos de pulmón, mama y próstata, y que son resistentes a los tratamientos convencionales, tienen una nueva posibilidad de terapia, gracias a radiofármacos potentes y específicos que sirven tanto para el diagnóstico como para el tratamiento de su cáncer.

La medicina personalizada es un campo que está creciendo muy rápidamente, siendo hoy los tratamientos tan individualizados como la enfermedad a la que se dirigen. Si hace diez años no había alternativas para tratar tumores neuroendocrinos, de pulmón, mama y próstata metastásicos resistentes a los tratamientos tradicionales,

actualmente el panorama es radicalmente distinto.Los avances de la medicina nuclear son importantes. Los radiofármacos llamados teragnósticos, por su capacidad para identificar la enfermedad, hacer tratamiento y seguimiento, ofrecen sobrevida y mejores condiciones para quienes no había más opción que los cuidados paliativos.

El Dr. Horacio Amaral, especialista en Medicina Nuclear del Instituto Oncológico FALP, explica que el tratamiento consiste en la administración intravenosa de un radiofármaco, el cual es captado selectivamente por las células tumorales y retenidas por estas de forma prolongada.
“Las partículas radiactivas rompen las cadenas dobles de ADN en las células en las que se fija, causando un potente efecto destructivo. A diferencia de los tratamientos sistémicos conocidos como quimioterapia, en este caso el recorrido de las partículas beta que emite el radiofármaco es corto, y –por tanto- la toxicidad en el tejido adyacente es mínima, reduciendo el impacto en los tejidos sanos”.

En cuanto a la capacidad diagnóstica de la molécula, el especialista indica que previamente a la administración del radiofármaco se realiza un estudio PET/CT con el teranóstico marcado con 68Ga para planificar y asegurar que el tratamiento será el correcto para cada paciente.

Después de la administración del tratamiento se realiza un estudio SPECT/CT el día siguiente, lo cual permite detectar el teranóstico y verificar que se acumuló correctamente en el tumor. Después del último ciclo del tratamiento se realiza otro estudio PET de control. Este tipo de seguimiento no es posible realizar con otros tratamientos avanzados.

Después de la administración del tratamiento se realiza un estudio SPECT/CT el día siguiente, lo cual permite detectar el teranóstico y verificar que se acumuló correctamente en el tumor. Después del último ciclo del tratamiento se realiza otro estudio PET de control. Este tipo de seguimiento no es posible realizar con otros tratamientos avanzados.

PRIMEROS EN CHILE

El primer Teranóstico fue utilizado a nivel nacional por FALP en el año 2008. Se trató del 68Ga /177Lu -DOTATATE, el cual se capta específicamente en células de tumores neuroendocrinos. En estudios sistemáticos el tratamiento con 177Lu -DOTATATE registra un beneficio en sobrevida de 40 a 72 meses en pacientes con cáncer neuroendocrino metastásico y no operable.
“Hasta hoy se han tratado aproximadamente 100 pacientes con 177Lu -DOTATATE, en la FALP. Algunos de ellos están en remisión y viven sin progresión de la enfermedad desde más de cinco años”, precisa el Dr. Vasko Kramer, PhD de la Universidad de Mainz de Alemania, jefe de I+D de PositronPharma, a cargo de este tipo de terapias en FALP.

APLICACIONES Y BENEFICIOS

Uno de los usos importantes que lleva adelante FALP es en pacientes con tumores prostáticos y neuroendocrinos. Estos últimos constituyen un grupo heterogéneo de masas tumorales localizadas en el tracto gastrointestinal, es decir, en el estómago, intestino y páncreas.

El tratamiento de los tumores neuroendocrinos consiste en la inyección de un péptido llamado Octreotate (cuyo nombre comercial es DOTA-TATE), el cual se une al isótopo radiactivo 177Lu, para destruir selectivamente las lesiones tumorales. El 177Lu emite una radiación denominada beta que destruye localmente las lesiones tumorales con un radio de acción muy pequeño (unos 2 mm). Este hecho lo hace un tratamiento atractivo, ya que la radiación se limita casi exclusivamente a las células tumorales, protegiendo el tejido sano. Además tiene una vida media larga (6,7 días), por lo que permanece en el interior del tumor el tiempo necesario para su destrucción.

Una vez administrado a través de una vena del brazo, el 177Lu -Octreotate es atrapado rápidamente por el tejido tumoral, eliminándose el resto del fármaco sobrante por el riñón.

APLICACIONES Y BENEFICIOS

El paciente debe permanecer internado unos dos días aproximadamente mientras disminuyen los niveles de radiación y se controlan los posibles efectos secundarios. El tratamiento consta de alrededor de 4 ciclos en los que se administra una dosis de 177Lu -Octreotate, que se repite cada 8-10 semanas.

BENEFICIOS DEMOSTRADOS

La primera línea de tratamiento de los tumores neuroendocrinos, además de la cirugía, es la administración de análogos de somatostatina (Octreotida), que controla la progresión de la enfermedad en un 60% de los pacientes con respuestas radiológicas cercanas al 5-8%. En ocasiones, estos tumores ya no son operables por lo que en estas circunstancias se llevan a cabo diversas pautas de tratamiento. “La quimioterapia convencional tiene un papel muy limitado en los tumores bien diferenciados, por lo que la respuesta al tratamiento es baja. Se han desarrollado otras terapias denominadas biológicas (Sunitinib, Everolimus o Bevacizumab) con unos resultados también modestos”, advierte el Dr. Amaral.

La terapia con 177Lu -Octreotate ha ofrecido hasta ahora resultados muy prometedores en tumores neuroendocrinos bien diferenciados. “En concreto, mejora el tiempo que el paciente permanece sin que la enfermedad avance y parece aumentar la supervivencia respecto a los datos publicados con otras combinaciones de tratamientos”, concluye.

El primer beneficio que refieren los pacientes es la mejoría en la calidad de vida tras la desaparición de los síntomas de enfermedad. Con frecuencia estos pacientes sienten un marcado cansancio, con diarreas y dolor abdominal. Tras el primer ciclo, los pacientes van recuperando el tono vital, vuelven a sus trabajos y quehaceres cotidianos, deporte, etc. Entre un 50% y un 70% de los pacientes refieren una mejoría de los síntomas clínicos. Además la tolerancia al tratamiento es muy buena”.

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